SONETO A UN ANCIANO

 
 
 Sentado, cabizbajo, mira ausente.
 Una colilla se muere entre su mano.
 Dora la tarde de un tórrido verano
 las arrugas marcadas en su frente.
  
 No siente la ceniza incandescente
 ni el sol que abrasa su cabello cano.
 Quieto en el banco desde muy temprano,
 levanta  al cielo  su rostro lentamente.
  
 Mirando al infinito ensimismado
 quizás piensa  en la vida pasajera
 y, al rescatar recuerdos olvidados,
  
 esboza una sonrisa verdadera
 viendo a un niño correr tras la paloma
 que se escapa volando de su vera.
   

PACO ZURITA

ENERO 2021

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