LOS CROMOS PERDIDOS

Todo tiene una importancia relativa en esta vida nuestra. Lo que para unos puede ser trascendental, para otros, sin embargo, es algo que no merece la más mínima atención. A veces, cegados por nuestros propios egoísmos, no somos capaces de entender la importancia de un gesto, de una palabra de aliento, de una mirada de compresión hacia ese hermano que está afligido.  Es por eso por lo que, muchas veces, caemos en la comodidad de permanecer impasibles hacia el prójimo sin darnos cuenta del bien que dejamos de hacer por desidia o por desinterés.

Recuerdo aquella noche en la que fuimos a cenar fuera. Mi hijo pequeño tendría unos siete años y, sin duda,  me hizo vivir una experiencia de la que aprendí precisamente cuánto bien podemos llegar a hacer a los demás  cuando renunciamos a nuestros propios egoísmos.

Llegamos tarde  a casa  y estábamos cansados.  Aparqué el coche en el garaje, nos bajamos del mismo y empezamos a subir la escalera para irnos a dormir.  Juanma se quedó rezagado y parecía muy preocupado mientras urgaba por el interior del coche.  Le preguntamos qué ocurría y nos dijo con voz entrecortada y con gesto de profunda tristeza:

No encuentro los cromos.

Nos miramos los otros tres y, sin darle importancia al asunto y con enormes deseos de ponernos ya los pijamas para irnos a descansar,   su madre y yo le dijimos:

No te preocupes, mañana te compraremos más.

Nos miró resignado pero tras sus ojos de infinita tristeza se podía advertir una enorme frustración por su negligencia  y  una indisimulada decepción hacia nosotros por no entender su desaliento.  Era un niño muy bueno, que no discutía nunca nuestras decisiones y que sentía pudor de pedir cualquier cosa.  Pero su alma de niño estaba rota y, mirándome me dijo

Es que entre los cromos está el que me faltaba para conseguir la colección, ese que llevaba tanto tiempo buscando y que ha venido en uno de los sobres que me has comprado hoy.

Y me sentí culpable, no sólo por no entender la preocupación de mi hijo por haberlos perdido, sino por no haberme dado cuenta de su alegría cuando abrió el sobre que contenía ese último cromo….

Su madre le preguntó; ¿Dónde los pusiste?.

Él, casi susurrando su confesión, señaló la bandejita que hay en el tirador de la puerta del coche.

¿Cuántas veces te he dicho que ahí se pueden caer cuando abres la puerta?, le contestó su madre al sospechar lo que había ocurrido.

Parecía una locura que a esas horas existiera la más remotísima posibilidad de encontrarlos pero se me pasó  por la cabeza volver al lugar donde teníamos aparcado el vehículo hacía ya mucho tiempo.

Le pregunté a mi niño; ¿Vamos a buscarlos?

Él, mitad atónito, mitad esperanzado,  me contestó:

Me da igual.

Era la respuesta inequívoca que me daba cuando quería realmente decir que sí que, de alguna manera, confiaba en su padre aunque ni él mismo se creyera que podía encontrar los cromos.

Mi mujer me miró y lo entendí: Ve.  No me lo pensé dos veces; nos montamos en el coche y llegamos hasta el lugar donde lo teníamos aparcado.

El viento, la gente que pasaba por aquel lugar o la propia inseguridad que tenía de que los cromos realmente se cayeran allí, hacían la empresa poco menos que imposible pero después de un buen rato mirando por debajo de los coches que ocupaban el espacio donde había estado el nuestro y casi a punto de arrojar la toalla, miré junto al bordillo de la calle. Allí, todos juntitos como una baraja….¡¡ estaban sus cromos!!. Su cara de incredulidad se tornó en profunda alegría y vino hacia a mí abrazándome en gesto de profunda admiración y agradecimiento.

En el fondo de mi alma, sentí la profunda satisfacción que da el saber que, en esta vida, no debemos dar nada por perdido por pequeña que sea su importancia. Que muchas veces en nuestro día a día de personas adultas nos rendimos muy pronto aún a sabiendas que tenemos un padre más poderoso que nos puede preguntar;     ¿Vamos a buscar esos cromos?

PACO ZURITA. OCTUBRE 2019

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: