(A mi hermana Beli, inseparable compañera de juegos) Cuando veo a tantos niños y jóvenes encerrados en sus cuartos, ensimismados ante una pantalla de ordenador y con los nervios sueltos por los avatares de los videojuegos, siento tristeza. Quizás porque los de mi generación no conocimos estos avances de la ciencia o porque teníamos mejoresSigue leyendo ««EL MORORQUE»»