A MI ABUELO
Fui a la tierra que tú amabas
buscando, abuelo, tus huellas
y hallé en las playas aquellas
las arenas que pisabas,
esas que tanto añorabas
de tu infancia ayamontina.
Donde bebe agua marina
y se muere el Guadiana
fue mi alma jerezana
a buscarla peregrina.
Respiraba la mañana
la brisa tenue del río
y sentí como algo mío
ver la Portugal cercana
y el repique de campana
por Angustias, su patrona.
Y mi alma se emociona
segura que lo ha vivido
como un recuerdo dormido
que nunca nos abandona.
Yo que no te he conocido
por marcharte tan temprano
hoy tu nieto jerezano
a tu encuentro se ha venido
y, abuelo, no me he sentido
en tu tierra polizonte;
Que allá desde el horizonte
del tiempo pasado, abuelo,
Mirándome desde el cielo
Vuelvas a ver Ayamonte.