Este año el naranjo floreció temprano y no quiso esperar a la primavera para dejar caer los blancos azahares por las aceras. Era como si el Señor tuviera prisa en adelantar su Pasión y nos quisiera avisar de algo importante que iba a afectar a la humanidad y que había que afrontarlo pronto. En elSigue leyendo «EL SEÑOR TENÍA PRISA»